martes, 8 de mayo de 2012

La avenida del Arroyo del Búho


 El domingo por la tarde dimos un paseíto por la sierra.
 (Estamos preparando fotografías para las entradas en las que iremos desmenuzando
minuciosamente, nuestra añorada sierra tan cerca y "tan lejos", tan conocida y "tan extraña")
 Un paseo de esos que siempre nos gustó dar; cortito pero intenso.
Resumimos: 
Subimos por la Era del Ubrique el Alto hasta el Callejón Tiznao
nos montamos en la cima del Tajo del Moro,
bajamos hasta la Piedra del Agua en el camino de Ronda
haciendo el recorrido del curso del arroyo del Búho,
 vinimos a dar con el llano de la Era de la Calera
Bajando por la línea eléctrica enlazamos con el llanito de los Cochinos.
 Enfilamos el desfiladero de la cueva de la Virgen...



hasta dar con el "camino Benocá"  (donde están los últimos "campitos").
Antes justo de llegar a la Calzada Romana corre, cuando tiene agua, el arroyo del Búho.
Normalmente su curso está vacío, pero con las últimas lluvias abrazabamos la esperanza de
 fotografiarlo con algo de agua. Gran desilusión, seco como el ojo de Benito. 
No corría agua pero se escuchaba su dulce cantar...



cauce arriba. Corrimos hacia el agradable borboteo...



y nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos percatamos de que el arroyo venía cantarín,
abriéndose paso entre las piedras que conforman su cauce.
O lo ves seco o lo ves con agua; pero esta vez tuvimos la dicha de contemplar
uno de esos momentos por los cuales se agradece que guste tanto la Naturaleza.



La avenida de agua posterior a cuando "revienta" algún nacimiento en la sierra.
¿Cómo plasmamos este momento para poder reflejar el sentimiento que nos embarga?
¡Ya sabemos!



Nos quedamos fijos en un tramo al que aún no haya llegado...



y allí esperamos al agua.



Ella, como dueña legítima, reclama su sitio; inunda su cauce...



paulatinamente, llenándolo.
Así cada charquito seco recobra su inesperado carácter encantador.


















Poco a poco el agua va recorriendo su tranquilo camino con suave paso.



convirtiendo el lugar en un paisaje idílico.
Seguimos el camino y más abajo vimos un sitio idóneo para esperar...



a nuestro rezagado y momentaneo compañero de ruta,
a nuestro ya amigo, Arroyo del Búho.
Allí lo esperamos y ocurrió lo que tenía que ocurrir.
























Llenaba una poza y saltaba a otra...



Y mientras nos dirigíamos por la nueva vereda que es el tubo que viene de 
los pozos del Rano hacia el depósito del Cornicabra, para salir a la Calera 
y entrar a Ubrique por la calle Ronda...



la Naturaleza en su forma acuosa, pasando por debajo del primer puente del pueblo,
siguió su curso para fundirse con las aguas del nacimiento del Cornicabra
 en el Rodezno, dando lugar a una de las dos cabeceras del río Ubrique.


(Podemos decir que cundió gratamente el paseo. También
hemos grabado un video cortito y "movidito", pero como de informática sabemos
tanto como de astrología o botánica, ya lo pondremos cuando aprendamos.)


Nota del 16 de septiembre: aquí está el video de la avenida del arroyo del Búho.




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2 comentarios:

  1. Ese arroyo bribón te husmeó y corrió a saludarte, amigo. Cuando aprendas informática, deja el video donde está, que con esas emotivas fotos, cada cual le pone la velocidad y el canto a la súbita y hermosa crecida... digo yo, eh?

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