martes, 3 de julio de 2012

Cosas de romanos. 3ª parte




(Si quieres ver "Cosas de romanos.2ª parte", pincha aquí)


El Foro, paciente y sin iluminación extraordinaria para dar un tono más ancestral,
 espera la llegada triunfal de nuestros afortunados aventureros romanos. 
Ya se oyen tambores y vítores.
La magna comitiva, más agrupada que en su bajada por la calzada,
llega a la Plaza.



Realizan su esplendorosa entrada Leandrus, Arturis portando el símbolo, Javieris et filla...
Y así un sinfín de extraordinarios acampañantes de tan gallarda comitiva
dando fin a la gesta y comienzo a la fiesta...



con la cabeza del "Ocurritauro" a la idem.



Los rostros exultantes en júbilo afrontan la tarea que les espera. Se acercan a la expectación 
creada. Cientos de miradas se enfocarán hacia el grupo. Hay que tragar saliva y entrar airosos.



Tambien los pies sufridos necesitan un descanso.
Los senadores han cuidado y protegido a su fastuoso líder...



el imprescindible Caesar cuyo porte realza su propia magnanimidad.



Elegantes y soberbios jinetes romanos sobre monturas hispanas, engrandecen
 el grueso del desfile. Romanos de toda índole y...



condición avanzan hacia su objetivo, el foro ocurritano.



Toda la Plaza se llena de túnicas, corazas, testas laureadas, cascos, glaudius, cotas de malla...
bajo la atenta mirada de curiosos observadores de épocas actuales.
Ocurri ha sido tomada por el modus vivendi que en la antigüedad,
se expandió y conquistó el mundo conocido.
Por  fin  la Plaza se colma del vasto Imperio Romano.



Magnus Arturis Pereirae comienza el parlamento para 
la certificación del triunfo de tamaña empresa.



Pero como no se oye, Currus Máximus le entrega un artilugio que es propio de dioses:
el audiamplificatorum que al soplarle, suena el viento y si le golpeas, suena el trueno.
¡Oh, gran prodigio!



Antinio Garçus grita:
¡Proteged a nuestro Caesar!  ¡Acompañémoslo al estrado! 
Que hablando en latín tiene que afirmar que...



¡V I N I!  ¡V I D I!  ¡V I N C I!
También en el A. MMXII del S. XXI

Y mientras los gladiadores le gritaban ¡Ave Caesar, morituri te salutam!...



hacen su aparición en escena los fornidos legionarios con su general. Venidos desde
la Augusta Emerita extremeña, son fuertes y valerosos hombres que nos van a demostrar
su tradición en Mérida con una recreación histórica que es longeva por aquellos lares.



Los romanos de Ocurrris iban a presenciar a pie de escena el desarrollo de la exhibición, 
luciendo con orgullo comedido los exornos elaborados por ellos mismos para la ocasión,
poniendo en auge la máxima: ¡Ocurrris, manos artesanas para artículos aretesanales!
Y al igual que en la actualidad nos atrae la idea de posar junto a nuestros 
personajes favoritos para la foto, los romanos gustan también...



de esa afición. Como en aquellos entonces no había cantantes ni futbolistas, bien les valía
el gran Caesar. Leandrus Capillus Ezquerdibus luce tipo junto a su líder, Antonius Huertae
que acaba con sus palabras de dar un nuevo impulso a la celebración 
del próximo encuentro que será la cuarta bajada romana de Benaocaz a Ocurri.
(O por lo menos eso creemos, porque todo el discurso fue en latín)



Después se desarrollaron dos escuetos discursos con dialécticas diferenciadas.
 Uno sobre la importancia geográfico-estratégica de nuestra ciudad romana, 
a cargo de nuestro hermano el magister Currus el Máximus. Y la otra que versaba sobre
 la necesidad de la restauración de nuestra calzada romana, 
a cargo del magister Antinio Garçus Pereus.
(Lo sentimos, Antonio. No pudimos echar la foto y no recordamos por qué.
Bueno es posible que entretuviéramos con dos personas que andaban embobadas
contigo durante tu intervención. Nos referimos a...




estas dos hermosas nobles patricias con las que creemos que te une algún parentesco.
Ellas por sí solas dicen de tu personalidad. Por aquello de que junto a un gran hombre...)



Los discursos fueron amenos, instructivos y didácticos, aunque los romanitos,
ya cansados, no opinasen lo mismo.
Después pasó a la acción la primera cohorte de la octava legión romana llegada...




desde sus tierras cerca de Lusitania. Bajo las órdenes de su magnífico general, con el
audiamplificatorum en ristre,  para causar buena impresión a la audiencia expectante...



se fueron al centro del foro para hacer la demostración de un ataque de la legio, sobre
las resbalosas losas de nuestra Plaza.
(Los que allí estuvimos sabemos por qué decimos lo de resbalosas)



Se encaminaron hacia la fuente.



Se prepararon...



y a las órdenes de su general fueron avanzando, intercambiando posiciones delanteras a
traseras continuadas, blandiendo hacia delante la espada corta (copiada de los de aquí)
 llamada gladius y cubriéndose con los defensivos escudos.
El general grita:
"Niil imposta ergo cum tum apellationes"
 (Que no significa nada porque es inventado, pero queda bien)



Ante tal poderío arrollador, el foro,
 bueno, la Plaza quedó muda, sin palabras...
(Hay que imaginarse a los sesenta soldados de pago que formaban una cohorte)









Reconocemos que cuando los ves encima, entra algo de congoja.
Pensamos en los pobres íberos ocurritanos cayendo ante el poder de Roma.



Fue un grandioso espectáculo que cubrió con creces las ilusiones puestas en el proyecto.
Estos auténticos romanos de Augusta Emerita nos dieron  ejemplo de la importancia que 
tiene conservar las tradiciones, al igual que los de Marchenilla cuando llegaron los franceses.




Y mientras, Javierus de Ocurrris, cual centinela, velaba para que el símbolo de los romanos
de Ubrique dure muchos, muchos años, invitando a sumarse al dubitativo.
 Que los plebeyos podamos por una vez... ser patricios romanos como los que...



vivieron en el Salto de la Mora hace casi 2.000 años.
¡Larga vida a Ocurrris! 
Deseamos sapiencia y buen hacer, adaptado a nuestra idiosincrasia,
 a los encargados de velar por nuestro patrimonio histórico-artístico.


(Si quieres ver "Cosas de romanos.1ªparte" pincha aquí)


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