martes, 5 de marzo de 2013

Fuentes III. La Matilla


La pasada primavera gracias a la lluvia, después de un largo periodo de sequía,
pudimos continuar con la búsqueda de las primeras cien fuentes
de nuestro pueblo para el proyecto de la Universidad de Granada, "Conoce tus Fuentes".
El pasado veintiocho de febrero, Ubrique consiguió el preciado certificado por ser
efectivamente, "Villa de las Cien Fuentes" (sólo hay tres poblaciones en Andalucía
que ostentan dicho galardón). El caso es que no ha sido exclusivamente el esfuerzo
de la familia Cabello Izquierdo el que lo ha logrado, si no también el de muchos ubriqueños
que nos han ofrecido su ayuda, nos han abierto las puertas de sus campos,
nos han indicado paraderos y, como en el caso de hoy, hemos sido gratamente acompañados
por ellos mismos. Después de casi un año guardado en el cajón, vamos a dar luz
a las fuentes que localizamos por los alrededores de esta magnífica casa, en la carretera
del Mojón de la Víbora, por encima de las Escuelas, llamada el Palmarejo.



El Palmarejo es una zona de intersección entre Bujeos y Alcornocales.
Como comentábamos antes vamos a acompañar a nuestro entrañable cicerone...



el profesor ubriqueño, Juan Francisco Ordóñez, descendiente de los antiguos propietarios
de los ranchos en los que localizaremos las preciadas fuentes.



El primer paso es salir por la angarilla que da acceso al descansadero del Palmarejo de
la cañada de Ubrique a Jimena (ahí mismo hay una fuentecilla pero ya estaba catalogada)...



para entrar en el rancho de la Matilla, junto al del Infante Calderón.
La primera etapa es tratar de localizar la fuente del Chopo.



Tras sucesivos intentos, dimos con el viejo chopo ya fenecido 
pero entre su descendencia y rodeado de zarzalones...



pudimos encontrarla aunque...



con el agua removida por la entrada de animales para abrevar. 
La característica más peculiar es que se trata de la cabecera del arroyo de la Matilla 
que da nombre a la finca (o viceversa).



El rancho está lleno de robustos acebuches que confieren al paisaje una peculiar magia.



De pronto ante nosotros, se presenta lo que va quedando de aquello
que en otra época fue un rancho habitado y lleno de vida.
 El lugar posee un encanto especial. 
Un extenso prado se abre frente a la antigua vivienda...



de vetustos muros centenarios y con unas vistas increibles.



La edificación constaba de la casa principal y de...



estancias para los animales. Aún se pueden vislumbrar entre los escombros
algún olvidado resto de los aparejos de las bestias.



La chimenea aún conserva las iniciales de Mateos González, 
bisabuelo de nuestro entrañable guía, Juanfran y que
 vivió en este importante rancho ya en el siglo XIX. .
Pero un suceso imprevisto cambia el rumbo de la familia... 
La bisabuela enviuda por culpa de la gripe del dieciocho que
 asoló la zona, teniendo que emigrar a Sevilla con seis hijos,
uno de ellos era el abuelo de Juan Francisco, Juan "el Capaó", 
hombre muy popular y experto en las lides que le dieron el sobrenombre.



En los años sesenta, el rancho de la Matilla vivió una profunda restauración.
Mirando entre las ruinas apareció este trozo de tégula romana que demuestra
el auténtico origen de la finca hace ya casi dos mil años...



y es que el lugar es paradisíaco...  pastos para el ganado, caza, tierra de labor y agua que precisamente es lo que venimos buscando. Así que subiremos por aquellos muros
de piedra seca que delimitan las posteriores particiones...



avanzaremos por fértiles campos de primavera...



cuajados de todo tipo de bichos silvestres
(éste en particular por el color, es del gusto de este blog)



Y entre tanto esplendor en la hierba, dimos por fin con
 el pozo fuente de la Matilla con sus exclusivos pilones.



Las zarzas que denotan su abandonado estado, nos impiden acercarnos al agua.



Ya tenemos dos más para la lista. Regresemos al Palmarejo.
Por el camino de regreso, disfrutamos de una amena conversación.



Uno de los temas versaba sobre esa especie vegetal invasora de estos terrenos.
 Nos referimos al alcaucil (salvaje pariente de las alcachofas)
 que tiene púas como lanzas, difícil de erradicar por su vericueta raiz
 y ni siquiera sirve como alimento para animales.



Pudimos contemplar lo que queda de la famosa cochinera de las Campanillas que está...



junto a la "mojaíta" que hay donde coinciden en vértice, las lindes de tres antiguos ranchos,
la Matilla, las Campanillas y el Palmarejo.
Nombres con un arraigado acento ubriqueño.



Una "mojaíta" que según nos explicó nuestro querido profesor, es una zona boscosa
donde los animales buscan refugio cuando arrecia la lluvia al descubierto. Allí mismo...



hay una gran piedra semiinclinada que le trae entrañables recuerdos de la infancia.



Era su lugar de juegos favorito cuando venía al campo.
¡Gracias de corazón Juanfran por tu gentileza!
¡Ya sabes que la próxima búsqueda de fuentes es en Pozomonte, lo de tu otra abuela!


(Si quieres ver "Fuentes II. El huerto de Carretero", pincha aquí)



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