miércoles, 7 de mayo de 2014

La candela de la Plaza de la Verdura

El tres de mayo desde tiempo inmemorial, el patrimonio material de Ubrique,
como nuestro "mirado San Antonio", pierde protagonismo a causa de...



una tradición -patrimonio inmaterial- que se pierde en los albores de los tiempos.
Dicha arraigada costumbre tiene que ver con una planta de nuestros campos
llamada gamón. El asphodelus albus... por el color.
 Primero se busca y valora el "sembrado"...



para luego esperar que le salgan las bolitas en las puntas 
que demuestran su grado de maduración.
Es una planta que conserva bien el agua en el interior de su tallo;
 esta característica la hace idónea para la misión que
 tiene encomendada en la fiesta de nuestro querido pueblo.



También son imprescindibles unas buenas fijaciones para la instalación del artilugio,
formado por cuerda y cojín, en el que se cantarán las tradicionales canciones de columpio.



Como penúltimo ingrediente, una buena pila cineraria donde tiene cabida todo lo que arda.



Y para concluir los preparativos, bien adornado,
 tenemos que contar con el emblema de acá,
ya que el de allá, es media luna.
 La vetusta fiesta siempre fue ¡a la salú del día de la Crú!
Y tal como lo decimos en el título,
 ésta que se muestra tan engalanada,
 es la Cruz de la nueva plaza de la Verdura.
 Pero antes de hablar de la candela, hay que decir 
que se ha puesto de moda en estos años atrás...



celebraciones varias, previas al día grande pero en la Plaza.
-Hablando de cruces, no hay que olvidar que hasta la lona lucía la suya propia.
-Y hablando de cruces, no hay que olvidar que la Viñuela no lucía la suya propia.
Jornada llena de franceses forasteros, de Romanceros, de banda de música,
 de pregonero de lujo cultural -gracias don Bartolo...



y de transacciones comerciales.



Y por lo que a un servidor corresponde,
 este año hemos colaborado en los actos, con las polifónicas voces de...



la coral Ocurris Pópuli, que con un ambiente "D´ivino",
 participó con alguna que otra canción popular dedicada...



a las personas que más tarde, llenarían la Plaza.
Por otro lado, fue el día tres -este año de casualidad cayó en sábado- cuando...



las familias portaron los haces de gamones para dirigirse...



hacia las numerosas candelas que llenarían de humo sagrado, rincones y barrios.
Por algo nuestra fiesta es declarada bien de interés general en Andalucía.
Este año, Ubrique en verde, sólo pudo quedarse un poquito,
 en su querida plaza de la Verdura.



Siguiendo los pasos de nuestra querida amiga Isabel por el callejón de Janeiro...



al alzar la vista, no pudimos por menos que admirarnos al ver un rostro bastante familiar.
Una nube de paparachis enfocaban la silueta, en el balcón del antiguo café,
 de nuestra prima Reme. Se nos vino a la memoria una foto de Ubrique en el Recuerdo,
 en la que nuestros abuelos estaban apoyados en los mismos balcones...



¡Más o menos así!
-"¡Gracias, familia!"



Con el cuarenta de mayo a las puertas, bien viene empezar la candela
 de la plaza de la Verdura, con algunos restos del invierno ya pasado.



A hora cierta como desde hace lustros, en el "Hoyo" Ubrique, empieza a humear el ambiente.



y en la plaza de la Verdura comienza la danza del ritual.
 Es una coreografía de extraños movimientos
simultaneada con posturas estáticas
 -como en modo de espera. 
Y la gente empieza a acudir.



El dios del fuego presente y en ascuas se prepara para recibir en sus entrañas,
entre otros muchos, los gamones aportados por nuestro genuino hermano Leandro.



Aquí están las verdes varas que una a una, serán sacrificadas...



hasta que el "jace" se quede temblando.



Y mientras el columpio cumple con su complementario vaivén pendular...



los restos de los gamones explotados van cubriendo la superficie del escenario de ceremonias.



Estruendosas explosiones que según cuentan, pudieron muy bien
 ahuyentar a lobos y franceses y que de ahí la tradición.
 Sucesivamente los gamones van pasando por la piedra del sacrificio,
 dejando su rastro de fuerte sonido vaporoso...



Y ella muestra la erosión de miles de gamones explotados en sus espaldas.



Mientras, manos anónimas alimentan de continuo las brasas de la candela...
 ¡Tanto que nadie llega a sentarse en los nuevos y coquetos canapés, cerca de ella!



La cantera está garantizada. Desde siempre fue a los niños a quien más ilusión hizo
este día. Seguimos creyendo que sería muy conveniente una candela infantil exclusiva...



siempre estando bajo la supervisión de un buen "jurado" como el de este año.



La velada gamonera transcurre entre leña al fuego, gamones y familias reunidas...



hasta bien entrada la madrugada.



Cuentan que la candela de la plaza de la Verdura es la mejor de las de Ubrique.
Pero vamos, lo cuentan nada más. Algunos certificamos que el entusiasmo no cesa.



La fiesta de los gamones es inigualable. Incomprendida en algunos lares
-porque para sentirla hay que ser de Ubrique legítimo-
 pero arraigada como ninguna otra.
Y a nuestro humilde entender supera con creces en intensidad,
 a cualquier otro evento de la cultura inmaterial.



Es una fiesta tan atípica y divertida que hasta la labor de los empleados
 de la recogida matutina del maremagnum acaecido, se hace con alegría y cantando...
-"¿Verdad, Félix?"



Fiesta pintoresca donde las haya, hasta las basuras son tiradas con arte...
-"¡Aunque no esté bien hacerlo!"
Y una vez todo limpio y reluciente...



la losa del sacrificio de gamones  
-aunque algo más desgastada-
 queda  aletargada esperando la nueva edición del año que viene...



de la candela de la plaza de la Verdura.
 De la que se dice, es la mejor...
 !Bueno, eso dicen...!



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