domingo, 29 de junio de 2014

El admirado San Antonio

"Viva Ubrique que tiene bello paisaje", decía la canción. Pero para remate,
por encima de sus blancas casas, sobresale en bella estética...



su singular espadaña, construida hace casi dos siglos sobre una antigua ermita del siglo XVI.



El San Antonio y sus secretos, delante del espectacular marco de la Cruz del Tajo.
Este conjunto estético es sin duda la seña de identidad de nuestro querido pueblo.



Y bien familiar que es entre todos nosotros.



La singular espadaña, continuamos, tiene algunas hermanas repartidas entre nuestros
 convecinos de los pueblos blancos de la sierra, como ésta de la ermita de Olvera.



Pero como hijos de Ubrique, el San Antonio es el San Antonio
 aunque esté desenfocado aquí visto desde la nueva plaza de la Verdura.



Sobre las sólidas rocas enclavado, adorna nuestras estampas típicas.



Y no hay visitante que no se lleve grabado en su lente o en su retina, este espectáculo.


Y es que el admirado San Antonio es como un sueño que 
sobresale por encima del mundo onírico.



Pero hay artefactos que dificultan la nitidez de su visión desde algunos puntos
y deberíamos  considerarlo. Si el conjunto histórico de Ubrique...



 está catalogado como bien de interés general, tendríamos que hacer algo
con los incidentes artilugios que empañan su estética. Y es que hay veces...



que no podemos ver ni la hora tranquilos.



Sabemos que las comodidades modernas han sido impuestas como necesarias
pero habrá otras maneras de actuar. Y mientras el San Antonio sigue en antena...



nosotros vamos a tratar de mostrarlo como es...



¡Único e inimitable!



Desde la fecha que con tanto orgullo, presume sobre su campana.



Así que nos vamos de ruta para admirarlo desde todos los rincones.



Desde los Olivares con los jérguenes en flor.



De perfil desde Ocurrris en el Salto de la Mora.



Desde el mirador del "Hiperzó", en la ruta de los miradores.



Y desde donde cayó el árbol mártir, el vengador de los pinos, en la carretera Nueva.
Y ya dentro del pueblo serrano, cuna del artículo de piel, lo admiraremos...



desde el espectacular callejón del Norte.



Desde la antigua Salía junto a la Palma.



Desde la Trinidad aunque estuviera lloviendo.



Desde la Fuentezuela.



¡Desde todas partes!
Pero la imagen más genial del singular monumento y reiteramos...



es desde la Plaza sin ningún género de dudas. A plena luz natural...



o a plena luz artificial. Siempre impresiona y nunca nos cansaremos de admirarlo.



Algunos tenemos el privilegio de contar con parte de su presencia a diario
al asomarnos al balcón del tiempo.



Verlo al amanecer...



en días nublados tristes...



o en días nublados alegres.



Bajo la lluvia...



o al atardecer.



Incluso es bello y sugerente de noche.
A estas alturas de la entrada puede haber alguien que se pregunte que
por dónde se accede al singular edificio. Para ello debemos darle la vuelta.



Por la Torre, frente a la calle Calvario...



está la sencilla entrada, y decimos sencilla porque en la sencillez del San Antonio
radica su belleza y hay que agradecer a manos anónimas su cuido, por supuesto, echando
de menos a la admirable Catalina que, ahora "jubilada", se desvivía por la que fue su casa.



Gracias a todos los colaboradores del mantenimiento de nuestro monumento.
Y gracias Ramón Flores por posar una vez más para éste tu blog.



Mientras que algunos decoraron el Huerto del Tabaco, en la pared del Tajo,
 con cosas del fútbol para una inesperada campaña mundial...



otros decoraron nuestro admirado San Antonio con engalanados pendones de fiesta.



Extrañas nubes se dibujaron en el cielo en honor al santo de Padua.
Nubes provenientes de...



varas cargadas de pólvora en la punta...



como cuando Emiliano tiraba los cohetes desde ahí mismo;
 sobre la bugambilla del San Antonio.



Sobre el admirado San Antonio restallaron una vez más las explosiones,
mientras la chiburralea no perdía puntada en la trayectoria de las varetas.
En conclusión, Ubrique sería distinto sin su San Antonio y viceversa.
Porque en nuestro querido pueblo...



ya sea de día...



o de noche.



Ya sea en realidad tangible...



o reflejado en un exótico cuadro 
-con permiso de su dueña que se enamoró de él cuando lo vió...



¡Siempre estaremos a los pies del admirado San Antonio!



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martes, 17 de junio de 2014

El V Pentatlón y la visita de "Pentatloni".

Este domingo pasado se celebró en Ubrique, con éxito, la quinta Pentatlón...
-"¡Bueno! Podemos leerlo mejor en el cartel humano que se ofreció para la ocasión."
Este año ha sido distinta a la edición de hace dos años -el III Pentatlón-
 pero sólo para este humilde blog. En esta ocasión hemos tenido el privilegio de contar
 con un visitante de excepción. Es una mascota infantil con "pentadedos".



Llegada de Arcos de la Frontera, este fin de semana nos acompañó "Pentatloni".
La mascota de los pentatlones, vino en viaje de placer para disfrutar del nuestro.



Por supuesto, lo primero que hizo al llegar fue interesarse por nuestro querido pueblo.



El sábado decidió subir a la sierra, repechando con bastante destreza... 
¡Y con una sola mano!



Allí conoció a los mulos que traían la leche de las cabritas de la cabreriza de la Era...



e hizo migas con la lista y simpática Kiara, con la que estuvo jugando.
A Pentatloni le gustó tanto nuestra sierra...



que prometió volver para echarnos una mano cuando lo necesitásemos.
Tanto ejercicio le dio hambre y qué mejor que dirigirnos a...



al asador de Ramón -La Ubriqueña- para matar el gusanillo.
Allí tuvo los pollos muy a la mano.



Mientras pasaba la tarde, seguimos el paseo por Ubrique. 
Hacía bastante calor y qué buena estaba el agüita de nuestro querido pueblo.
A la mañana siguiente, día de la multiprueba...



pronto se coló en la Plaza y estuvo viendo la colorida prueba del "pintboll".
Eran disparos con bolas de colores.



Toda la Plaza estaba rodeada de redes para evitar algún percance -mejor dicho, alcance.



Después se colocó en el pivote que impide la entrada de coches,
 por fin, en la nueva Plaza de la Verdura
para ver pasar como flechas a los corredores con sus superbicis.



¡Una estampa preciosa!
-"¡Vaya! Allí arriba hay uno que no se ha enterado todavía..."
Luego, dejando de lado los tesoros de la calle Saúcos...



nuestro protagonista invitado los vio como bajaban caracoleando
 por entre nuestras intrincadas callejuelas -que bien merecieron
el título de "bien de interés general" que hay que cuidar y perseverar.



Se acopló junto al peñón de la Becerra para ver pasar a los esforzados deportistas...



y le llamó la atención la fuerte pendiente de la calle de Los Solanos.



Una de las pruebas más apetecibles era la carrera por el rio de Ubrique
y Pentatloni no se la perdió. ¡Faltaría más!
Allí pudimos ver disfrutar de lo lindo a...



uno de los colaboradores. Tan animoso estaba...



que no se podía decir que fuera pecado tanta colaboración.



Los primeros, de todos conocidos. Deportistas de élite, ganadores de múltiples pruebas
por toda nuestra geografía. Gracias hermanos por demostrarnos que no hay nada imposible.



¡Allá van en pos del triunfo y de la heroicidad!
A su paso iban arrancando vítores y aplausos...



entre la multitud que se agolpaba entre puente y puente. 



El esfuerzo se reflejaba en el rostro de todos y cada uno de los participantes...



que usaban el río como pista. ¡Dura prueba!
Pentatloni estaba nervioso. Tanto calor hacía que quería meterse también
 en las frescas aguas, recién salidas de nuestra Sierra.
Las pruebas duraron toda la mañana del domingo y al mediodía...



aún venían esforzados corredores eufóricos de haber medio terminado tamaña gesta deportiva.



¡Ole, ole y ole! ¡Bravo!
¡Al sol pero fresquitos!



¡Menos mal que en algunos tramos aprovechaban la apetecible sombra!
Pentatloni quería aplaudir... ¡pero sin éxito!



Una de las calles elegidas para el pentatlónico circuito era la recién asfaltada Moreno de Mora.
¡Qué mejor estreno para ella que dejarse pisar por innumerables zapatillas deportivas!



-"¡Venga quillo! ¡Vamos! ¿Qué sois, los últimos...?"
-"¡No! ¡Ahí detrás vienen más...!"



Y los que venían, eran colaboradores contentos y orgullosos de haber puesto
su granito de arena para que la V Pentatlón Ciudad de Ubrique
 culminase con un rotundo éxito. ¡Enhorabuena a todos!



Los bicis escoba iban dando fe de la conclusión de una prueba límpia
y cargada de detalles de marcado espíritu deportivo.
Como el gesto del señor Mateo que cedió su bicicleta a un
aventajado participante, tras la caída desafortunada de éste.
O el gesto de los laureados hermanos Orihuela, triunfadores indiscutibles de
ésta quinta edición que arribaron a meta empujando al unísono el carrito
de su querido amigo, haciéndole partícipe de tan grande honor.
Ubrique en verde agradece y valora esos gestos pues hacen que
pensemos que no todo está perdido en esta ajetreada sociedad.



¡Todo terminó!
Horas y horas de preparación habían llegado a su cénit.
Era tiempo de recoger los bártulos.
Desmontar el escaparate del esforzado deporte de la Pentatlón.
Hasta los niños ayudaron a recoger...



aunque fuesen las bolas de pintura indemnes que no alcanzaron su objetivo.
¡A saber cómo y dónde terminarían!



Nuestra mascota Pentatloni vio como como desmontaban le red que protegía
de las mismas, nuestra pila por la que mana nuestro tesoro incoloro, inodoro e insípido.
Y una vez liberado nuestro histórico surtidor, pudo por fin...



echar un buen trago de la agüita de Ubrique que, como dice 
todo el que la bebe pronto se casa...
 Lo mismo Pentatloni tiene pensamiento de buscar novia en nuestro querido pueblo.
Nuestra mascota de cinco dedos, uno por cada prueba del Pentatlón...



se quedó para siempre prendada de Ubrique...
Por su estética belleza y por su viva actividad deportiva, continuamente en auge.
¡Ha amenazado con volver!



(Nota del administrador del blog)
Queremos agradecer la participación para esta esforzada entrega a "Mimos",
 la mascota de infantil de tres años del CEIP El Santiscal que le tocaba visita
a Ubrique este fin de semana, según el proyecto del libro viajero. 
Nos ha dejado que lo paseáramos por nuestras calles, y no hemos sido pocos
los que le hemos "metido mano". Incluso permitió que le cambiásemos
el nombre por un día. Gracias "Mimos", te debemos una.



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