sábado, 14 de febrero de 2015

Adiós a la Botica

Debajo de ese halo encantador de privilegiado pueblo blanco de la sierra de Cádiz,
se desenvuelven los intríngulis del cotidiano día a día de Ubrique.
A lo largo de su historia los centros económicos y sociales se han ido desplazando,
en función de su crecimiento como pueblo artesano e industrial.



Lo mismo que nuestra recuperada Plaza de la Verdura obtuvo su nombre
por ser pretérito mercado de productos perecederos al aire libre 
-en la actualidad lo encontramos bajo el edificio más alto de Ubrique ...



hay una calle que fue centro comercial antaño.



Todavía se pueden ver testigos de los vestigios de ese pasado de trasiego y vida social...



Esplendor pasado de tiendas regentadas por ilustres apellidos.
Una calle que cedió sus derechos al centro comercial abierto en la avenida de España.



Una vía que, aunque sea todavía una de esas calles con dos nombres...



todos los de Ubrique sabemos como se llama en realidad...



Y es ese nombre el que se resiente estos días.
Hoy nos hemos enterado que el último comercio y que le dio nombre a la calle,
cerrará sus puertas. No podemos evitar la pena por su significado.



Haciendo esquina con la calle Fuentezuela, la farmacia de las hermanas 
Sánchez de Medina no puede seguir abierta al público.



Lo mismo que en su día nos hicimos la pregunta de ¿Y la cruz de la Viñuela?
allá en la sierra, ahora tendremos que preguntarnos por la simbólica cruz
del color favorito de este humilde blog y que franquea la puerta...



del último negocio -quitando la moderna peluquería o la pensión-
que dieron ese carácter comercial a nuestra calle Botica.



Hoy sábado catorce de febrero-día de Valentín- y mañana, domingo quince -día de Faustino-
serán los últimos de fieles y leales servicios humanitarios a la población.
No hay nadie que pueda tener queja del trato recibido por las competentes profesionales.



El caso es que mañana por la noche será la última vez que se abrirá está vetusta ventanita
que posiblemente esté sirviendo en las guardias desde la farmacia...



que inaugurara don Fermín -padre de las hermanas. Fue de tanta importancia en
aquella época que logró cambiar el nombre a la misma calle -antes Sagasta.



Los últimos clientes han ido entrando y enterándose de este capítulo histórico.



Ya nunca más veremos como las dependientas profesionales...



se metían en la rebotica para satisfacer lo adecuado para el alivio de nuestra enfermedad.



Ya no se usarán más estas balanzas para las fórmulas magistrales...



y de gran precisión.



Ya nunca más podremos -por un módico precio- montarnos en esta histórica 
báscula para saber el peso de nuestras sacrificadas dietas.



Y a saber cuántos bebés han controlado su crecimiento sobre esa plataforma.
Bebés que después fueron niños. Niños...



que serán las generaciones venideras que se perderán eso de quedarse "embobaos"...



con ese sabor tradicional que se respiraba en la Botica...



entre esos tarros de don Fermín con las sustancias más añejas. 



O ese misterio por resolver que es saber a qué sabe el aguardiente alemán.



Tenemos que decirle adiós al rancio abolengo de esas atrayentes estanterías...



que hasta ahora, desde hace muchas décadas han estado repletas
y que los azares de la vida harán que, a partir de este lunes...



queden vacías.
El Casco Antiguo de nuestro querido pueblo se queda huérfano de botica.
Ahora tendrá que pasar a subasta. Veremos cómo y dónde será la nueva.
Pero por lo pronto y como crónica de una muerte anunciada, tenemos que decirle...



¡Adiós a la Botica!
¡Vaya noticia en este día de los Enamorados!
Os vamos a echar mucho de menos y lo más importante...



¡Nunca olvidaremos vuestras atenciones y vuestras sonrisas!




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lunes, 9 de febrero de 2015

Atardecer desde los Olivares

Siempre que hacemos una incursión, lo hacemos a la Sierra de Ubrique -o cerca.



 Pero esta tarde nos vamos al otro lado.
 Esta vez daremos una vuelta por los Olivares. Desde aquí contemplamos una excelente
 perspectiva del impresionante panorama y podemos imaginar las posibles rutas 
para el estudio minucioso y exhaustivo de nuestra atrayente sierra.



De camino, aprovecharemos para hacer algún disparo fotográfico sobre
alguno de los elementos de interés del legendario cerro donde nos encontramos.
Verbigracia, estas ruinas de lo que antaño tuvo su esplendor y su función...



de El Parapeto, esa hacienda o rancho que tuvo su misión histórica en los tristes años.



O bien esa arriesgada pista de bicicleta de montaña que recorre el monte hasta abajo.
Desde el cerro de los Olivares, llamado así obviamente por los olivos...



nos hacemos nítida idea de la ubicación en su valle de nuestro querido pueblo
por supuesto adornado entre los longevos especímenes que dan nombre a este lugar.
Son las seis y media de la tarde y comprobamos que, al igual que el astro rey es perezoso
para salir -como pudimos ver en aquel refrán de "No por mucho madrugar..."-
es presto y raudo en abandonarnos. Y ya que estamos por aquestos lares...



¿Por qué no dejar plasmado en este humilde blog, un atardecer desde los Olivares?



Tiraremos del botón del "acercador de objetivos" y nos fijaremos primeramente como 
la ausencia de sol, va dejando en penumbra a dos de nuestras torres emblemáticas.



La del campanario de la iglesia y, más arriba, la genuina espadaña
 del admirado San Antonio. Así que, tirando del zoom y con un poco
de paciencia, obtenemos la secuencia del comienzo de la renovación cíclica.


















Y mientras renacen las sombras abajo, desde nuestra atalaya alzamos la vista...



y nos imaginamos la visionaria  historia de Verne, "De la Tierra a la Luna"
pero para esta versión, pasando por los Olivares primero y luego...



por Benaocaz, nuestro pueblo hermano que por estar más alto sobre 
la Sierra de Cádiz, el brillo vespertino perdura sobre él hasta el ocaso.



Y como muestra, un botón.
Aquí estamos viendo pasar el tiempo, medido en este caso por la sombra
que se abate en este atardecer desde los Olivares. Unos momentos mágicos.



¡Para disfrutar!



Como sacado de la Historia Interminable, la Nada -la sombra- va adueñándose...



de la blancura de las casas de Ubrique.
 Ya sólo le quedarían las más altivas del Casco Antiguo.



El último, inexorablemente por su ubicación, el Calvario de Ubrique.



¡Alea jacta est! -la suerte está echada.
En unos minutos lucirán como con luz de día, las nuevas farolas de
 nuestro querido pueblo y es que a los humanos nos da miedo la oscuridad.



El contraste antagónico entre la luz y la sombra sesgan la Cruz del Tajo.



Y a medida que avanza, se atenúa. El brillante tono, orgullo de poder...



torna a rojizo.
Todo pasa. Todo queda. 
Por el momento, toca turno...



a otro efímero y cambiante reinado.



Y mientras los estertores solares anidan sobre las sinuosas crestas 
de nuestro pétreo y arcaico mar...



en nuestro querido pueblo, ya ha tiempo -siempre relativo- 
que pudimos disfrutar con ver el atardecer desde los Olivares.




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