domingo, 11 de octubre de 2015

Sal caracol...

Dar un paseíto por la sierra es gratuito y gratificante.
Cada incursión -sin ir más lejos- se rodea de expectación y posibles sorpresas.
Lo mismo nos embobamos con los chemtrails químicos de condensación
en las carreras de aviones que podemos disfrutar de tradicionales...



escenas bucólicas de cabritas entre las piedras calizas. No obstante,
y es para lamentarse, en la sierra de Ubrique no hay muchos animales silvestres...
¡Ya sabemos de las abrasivas costumbres depredadoras humanas...!



Pero en estos primeros días de otoño, sí podemos ver entre las grietas...



a unos animales que se esconden en ellas y que quizá sean aquellos a los que
la "tradición" los condena a una de las muertes más terribles que se conocen.
No vamos ni a recordar cuando antaño de noche, se veían las antorchas de 
suela quemada por las faldas de nuestra sierra, en busca de los pobres gasterópodos.



Así que no es raro que entre los sinuosos contornos calizos y más propiamente,
en las zonas de recóndita umbría, podamos ver a estos seres de la familia Helicidae,
tratando de esconderse de sus enemigos -y que no son pocos.



Y hemos dado con un buen ejemplar escondido entre el musgo
-la pana, para entendernos.
Un hermoso "pullón", igualito que aquél que nos sirviera en la escuela infantil
 para entender a la perfección la linea espiral y a la vez, fuente de inspiración...



para canciones infantiles.
-"¡Sal caracol! ¡Saca tus cuernos al sol...!"



Cuando más confiado estaba el animal, dos protuberancias minúsculas...



iban emergiendo de lo que se entiende, era su cabeza.



-"¡Sal cari-cari-caracol! ¡Qué tu padre está en el sol!
¡Haciendo una casita con agua bendita...!"
-Probablemente sea ésta, la letrilla infantil de caracoles más surrealista conocida.



Nos quedamos pendientes para ver las intenciones de nuestro amigo.
Un giro a su izquierda para "golimbrear"...



seguido de una "hiperextensión" de los tentáculos "portaojos" móviles...



y con otro giro rápido cambió de opinión.
Queda demostrado con este gesto que los del orden "pulmonata",
tienen capacidad de decisión -¡Cómo los animales humanos!.
Habrá entendido la letra...



y se redirige buscando la posición vertical "buscando a su padre en el sol".



Al mostrarse con todo su atractivo esplendor nos fijamos en una decoloración
central en la espiral de su concha y no tenemos más remedio que lamentar
una vez más la destructora mano del hombre...
¡La contaminación y la lluvia ácida destruyen las "casas" de nuestros amigos
y los envenenan, causando la extinción de muchas especies de caracoles!



Esperemos que esto no le termine de afectar y que 
nuestro amigo disfrute de una larga vida. Ojalá llegue 
a viejo con cinco añazos y que en su camino de hermafrodita insuficiente,
 no se encuentre además, con muchos depredadores naturales.



-Entre unos y otros, a los sinónimos de lento, les ha caído la cruz encima.
Pero allá va nuestro amigo a la velocidad de vértigo -para su especie-
de cuatro a diez metros por hora en desplazamiento ventral...



en busca de su cruz particular a refugiarse entre las grietas. ¡Hasta lo más alto...!



Al igual que hacemos en Ubrique subiendo a lo alto
de nuestra Cruz del Tajo -ahí, vista por detrás entre las nubes que traen el agua
que tanto necesitan los caracoles... ¡Y más arriba aún...!
Y nos gusta subir porque, a más alto... 



más impresionantes son las vistas de nuestro querido pueblo.
Hoy en Ubrique en verde ha tocado una de Biología...




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