domingo, 24 de enero de 2016

No es otro día de niebla cualquiera

¿A quién no le atraen las nubes...? ¡Tan bellas y a la vez tan efímeras...!
Esas nubes que siempre están arriba y nosotros -pobres mortales- abajo.



Esas nubes que se aferran a la sierra de nuestro querido pueblo y la besan
como fervientes enamoradas de nuestra perpetua belleza caliza.
Pero hay veces que esos volátiles algodones se dejan caer hasta nuestro mundano nivel...



y se quedan dormidos en nuestro querido pueblo,
sin ganas de levantarse...
¡Y no es precisamente porque le pongamos algún colchón a la guisa...!
Hay veces -mágicos momentos- que las nubes cambian a...



niebla y humedecen algunos amaneceres de noches frías, de ciertas desiertas plazas.
Ese hecho, según cuentan, augura un precioso día azul, cuando despierta el sol.
Y es que esa niebla está en el valle.



Si subimos a los Olivares ese mismo día...



nos daremos cuenta de aquello que contaba la prosa antigua...



de que Ubrique es un "Pueblo jugando al esconder", es bien cierto.
Lo lógico es mirar y ver la niebla tapando a nuestra villa hermana de Benaocaz.



Pero no es otro día de niebla cualquiera...



y es Benaocaz quien no puede ver a Ubrique.
Y mientras abajo suceden los vaporosos acontecimientos...



El romano Ocurrris, en el Salto de la Mora,
se deleita viendo salir el astro rey por
las alturas más importantes de la sierra de Cádiz... 
¡El Torreón y el San Cristóbal! 
¡La sierra del Pinar!



Y las ovejas del cerro de los Olivares pueden ver perfectamente por donde pisan.



La niebla está en el Hoyo.



El paisaje familiar se vuelve de fantasía...



imprimiendo un halo de misterio a la sencilla estampa de los legendarios olivos.



Dándoles incluso aspecto de fantasmagórico atractivo.



-"¡Ya es hora de despabilar el ánima...!"
Es la ocasión de tornar al cielo.
Momento de desaparecer.



Oportunidad de evaporarse y cambiar la luz de la vida...



Tiempo de levantar el vuelo...



y dejarnos su húmedo abrazo.
Pero al igual que el sol en nuestro querido pueblo 
a la aferrada y a la vez perezosa niebla...



le cuesta trabajo abandonarnos.
-¿Será por el sutil encanto de nuestros tesoros....?



-¿Será que está esperando que el "Lorenzo" le dé la orden?



Pero sabemos, ya sea mirando al Convento de Capuchinos...



o hacia el abandonado Rodezno, en sus aledaños,
que poco intervalo quedaba para hacer
realidad la leyenda de "Día de niebla, cielo azul..."



Y allá iba en ascensión, jugando con su amiga la sierra.
Dejando ver la silueta del cancho del Búho siempre camuflado.



O despidiéndose hasta la próxima, del cancho Grande 
desde donde se ve la espalda de los pajarracos.



O jugando al Salto del Pollo -donde está la puerta de Sierra Baja.




Y como veraz premonición -como lo diría Tagore- 
"Por encima de las nubes el cielo siempre es azul",
Ubrique hizo gala de un día brillante y luminoso.
 El efecto inexorable causado por la niebla que,
como una aljofifa de blando algodón, había sacado lustro
a las blancas casas con un buen "josifado" a ras de suelo.



Y así se mantuvo hasta el atardecer desde los Olivares.
Ya pudimos ver en su momento, "un día de niebla
pero éste, visto lo visto...
¡No es otro día de niebla cualquiera...!



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sábado, 16 de enero de 2016

Edición especial recordatorio


Allá por el dos mil doce, un servidor, amante de lo verde,
quiso hacer algo con las fotografías que se acumulaban en los archivos...



 y viendo que el mundo estaba "en blanco" de detalles...



decidimos hacer florecer la idea del trébol que se estaba fraguando...



de llenar el mundo de color glauco o cetrino.
 Así nació y creció Ubrique en verde.
Como hay personas que están interesadas, de vez en cuando
lanzamos una Edición especial en la que -a modo de recordatorio
y usando el método del "capturing" de las visitas- elegimos los capicúas
o las cifras redondas para tal fin. Como siempre, sólo debemos hacer "click"
en las palabras del otro color que no es el verde y así podremos recordar
o ver por vez primera, cualquiera de las entradas que "Ubrique en verde"
tuvo a bien publicar. Gracias por seguirnos en estos casi cuatro años.



La primera captura, un capicúa -43.234- ¿Y la Cruz de la Viñuela?
En ella se reclama la instalación de las dos cruces de la tradición que faltan.



Hay un lugar enigmático y muy conocido en nuestro querido pueblo.
Un lugar lleno de historias -algunas de ellas truculentas- y aventuras.
Con este redondo -43.400- veremos algunos Recuerdos del Paso Indio.



La primera escuela es la que deja la impronta. 
Con el número de visitas tan redondo como 44.200,



Partiendo de la base de que ningún animal 
quiere ser usado para la diversión humana, 
un día de estos nos daremos cuenta de que las águilas -por ejemplo-
están hechas para volar libres y no como atractivo para 
el Mercadillo Romano Medieval que se celebró hace tres veranos.
 La persona que contabilizó la visita capicúa 44.744 al blog, pudo comprobarlo.



Este curioso capicúa -45.554- relata la aventura de poder poner provisionalmente
un nombre a un lugar de nuestra querida sierra de Ubrique. Para nosotros se llamará 
el Cerro del Mono, junto al pico de la Maceta, hasta que alguien
 nos diga como es el verdadero -que buscarlo, lo hemos buscado.



Y como cada vez que hacemos una incursión a nuestro patrimonio natural,
siempre hay una vuelta. Con ese 45.900, hicimos el regreso del cerro del Mono.



46.444 redondas visitas sirvieron para denunciar las pintadas "no artísticas"
que afean las fachadas del Ubrique blanco, por los decoradores de exterior.



Cuando subimos al Casino de los Pajarracos
surgió esta inusual entrada - de curioso número 47.007- que recuerda levemente
al enano de jardín de la película Amelie -que se hacía una foto en distintos sitios.


Otro "palíndromo numérico" -47.374- para una cornicabra especial,
al igual que en su día pudimos ver también aquella encina especial.



Y en la que hacían 48.400 visitas, pudimos airear de El San Antonio, sus secretos.



Ubrique está plagado de grandes y talentosos artistas. Con el número redondo
49.000 nos colamos en la casa de uno de los más increíbles, por su habilidad.
Él nos enseñó Cómo hacer monumentos con cerillas de madera.



La visita con el curioso número 49.333, pudo comprobar como
las pitas -planta foránea- convive con nuestra cultura desde hace lustros.
La entrada de nuestro querido pueblo lo sabe bien con la Curva de las Pitas.



50.000 vistas al blog. Un número mágico para Ubrique en verde
en aquel agosto de dos mil trece en el que contamos la intrigante y 



Y con cuanta ansia recibió el pueblo de Ubrique el
Ese emblemático entronque de nuestras calles.
En la que hizo 50.900, se "acertaron los frailes" de aquella nueva fisonomía...



que como todos bien sabemos resultó ser un homenaje a la herramienta 
genuina del tejido artesano industrial de nuestro querido pueblo... La patacabra.
La redonda cifra de 52.000 visitas vieron como un grupo de personas acudieron
a la llamada para inaugurar extraoficialmente y de forma espontánea,



Todos los años la Asociación de la Plaza de la Verdura y Casco Antiguo,
celebra una exposición. Aquel septiembre le tocó como era de esperar, 
a los monumentos realizados como pequeños palitos. 
La visita 52.700, pudo ver en este humilde blog, aquellas


Aunque suene poco común El Niño del Peñón anima y orienta
la visita capicúa 53.535, pudo comprobar 
la infantil relación entre peñones y marionetas.



Ubrique en verde nunca faltó a la cita del arte pictórico por excelencia.
El capicúa 54.145 pudo comprobar la primera parte del desarrollo del
III Concurso de Pintura al aire libre villa de Ubrique.



Y otro capicúa -"casualmente" el 54.545- pudo saber de ese
de elegir y nombrar. Por supuesto todo es opinable.



Y para ir concluyendo esta edición especial de recordatorio,
con la redonda visita 54.700, nos fuimos de incursión -sin ir más lejos-
a ver si teníamos suerte y veíamos al "monstruo" del lago. 



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