lunes, 8 de octubre de 2012

La Mina

Hace días que tenemos ganas de subir a la Cruz del Tajo pero como no hay premura,
nos hemos ido entreteniendo por el camino. Primero fuimos a su base que es un rincón
ajeno a los itinerarios "normales" de los tránsitos serranos, donde estuvimos
sorprendiéndonos con algunos sistemas de prevención contra posibles avalanchas roqueras.



Nuestra incursión de hoy va a comenzar ascendiendo -¡como no!- en busca de un rinconcito
famoso en la antigüedad y protagonista de coplillas y poemas de otros tiempos.
Si subimos por el casco antiguo, debemos guiarnos por esta bandera que no
tiene otro significado que el de celebrar las victorias del fútbol español.



Una vez más, nuestra ruta pasará junto a la única encina de esta parte de la sierra de Ubrique.



Lo que vamos buscando está junto a la Era del Ubrique el Alto.
Es una diaclasa que pone en evidencia la fragmentación increible que va separando
en láminas la mole gris y gigante del Tajo.




Pues sí, junto a la Era de trillar antigua como los tiempos y cruzando la vertiente
 de las derramas (cuando llueve mucho) del afamado nacimiento...




 con vistas espectaculares hacia el pueblo como éstas donde podemos ver la cubierta
octogonal de la ermita de San Juan de Letrán
(donde está el centro de interpretación de la Historia de la Villa)
 y el convento de Capuchinos, encontramos ese rinconcillo agreste y acogedor
nombrado en esas letrillas populares...



Tres cosas tiene mi Ubrique
que no las tiene Medina:
El peñón de la Becerra
la Sierra Alta
y en el Ubrique el Alto
 la Mina.
(Más o menos)



Flanqueada por dos paredes verticales, se pierde en la inmensidad remota de
los albores temporales el origen de su toponimia.



Grandes bloques rocosos (como esta cuña de varias toneladas) se precipitaron
hacia el interior conformando los improvisados arcos de paso.



La Mina, desfiladero sin salida, misterioso y lúgubre pero castigado por la acción
 de la mano humana que le ha dado uso a través de los tiempos como
corral, cochinera, cuadra, vaqueriza, majada, perrera...



y cada cual en toda época, añadió su particular aditivo como éste de la entrada.



La Mina que muestra inerte sus misterios naturales...



y sus continuas agresiones...



con cacharrería de toda índole llevadas y dejadas abandonadas a su suerte y nunca recogidas.
De mañana no pasa que tengamos que desamueblar la sierra.
Cacharros que sirvieron de comederos...



y personas ignorantes que emplearon las grietas de la roca para "almacenar" impunemente,
las bolsas que usaron para el porte de los desperdicios. No hay un solo hueco
que no esté relleno de plásticos ¿biodegradables?



Al parecer aquí tuvieron atados "dragones de piedra"; esto lo suponemos a la vista
de la fortaleza del amarradero que pende de un hueco natural.



Tal vez fueran perros pues parece que esta lavadora serrana les sirvió de aposento.





Al fondo de la Mina está instalado a modo de barrera uno de los innumerables somieres
que por desgracia abundan en los alrededores de la sierra.



Y como no, las sempiternas neveras que por lo que estamos viendo, es mejor traerlas
a la sierra que dejar que sean recogidas en el pueblo por los de Biorreciclaje.
Al fin y al cabo el somier y el frigorífico son de metal que más tarde o más temprano
se reintegrarán a la naturaleza de donde salieron (salvando el gas de CO2 que daña la capa
de Ozono y que anda en los circuitos para enfriar). El problema gravoso 
del estado lamentable de la Mina lo definen...



los cerros de escombros que han sido allí depositados.



Escombros de alguna obrita seguramente ilegal-ilegal 
y qué mejor sitio para apartarlas de la vista
que dentro de nuestra famosa Mina, cantada desde la antigüedad.



Ya estamos saliendo de ella. Vamos buscando la Era y Umrica en el anfiteatro natural 
del Ubrique el Alto.
Una profunda pena nos embarga y una pregunta angustiosa sale a colación...
¿Por qué...?
¿Por qué tanto salvajismo ignorante?
¿Por qué tanto mentecato arrogante en contra del medio natural?
¿Por qué...?



¿Cuánto cuesta reintegrar a su estado original este curioso rinconcito de nuestra
increible sierra y que por su fácil acceso y sus características bien podrían servir
de escuela natural para nuestros hijos?
La Mina sería una auténtica mina para cultivar el amor por lo nuestro
y la adquisición de conocimientos sobre el privilegiado entorno en el que vivimos.
Pero por ahora sólo sirve para aprender lo que es un atentado contra la naturaleza.
Pero por lo pronto es por desgracia, una mina de inmundicia y desarraigo
y últimamente escombrera que habría que tenerla en cuenta para su erradicación.


.

3 comentarios:

  1. "Puedo prometer y prometo que en breve, echaremos mano de la hermenéutica para que nos sea revelada una forma de atajar el problema que subrepticiamente dejas entrever en tu acertado comentario, querido convecino" Aunque fuera así, no te podría contestar eso un político de esos que dicen que hacen cosas por y para que los ciudadanos vivamos mejor? (la pregunta es para Manolo, vaya)

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  2. Pues mira por donde, hermano, me he encontrado con que mi amigo José María Gavira también ha hablado de la Mina, y por lo visto es verdad que hubo una mina de plomo por estos lares.
    Este es el enlace:
    http://mediodia.org/2012/10/12/pero-hubo-alguna-vez-una-mina-de-plomo-en-ubrique/#comment-643
    (Hay que copiar y pegar).
    Besos

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    Respuestas
    1. Hermana, estamos buscando las minas auténticas, porque me da la impresión de que esa diaclasa en el lateral de la cruz del Tajo es una "mina de juguete" en la que seguramente desarrollaban su futuro rol los hijos de los mineros de las auténticas minas de plomo ubriqueñas. Me han hablado de que más arriba de la Era del Ubrique el Alto hay un alfanje que le llaman el llano de la Munición y por lo visto aparecen en él ínfimas bolitas como perdigones de los cartuchos. Estamos en ello. Un beso. "En busca de la Mina de plomo." Dale las gracias a José María por su aportación y dile que lo siento por ahora.

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